27. Tú también sumas

Tema publicado con la autorización de «Manu Escudero»

«Examinadlo todo y quedaos con lo bueno » (1Tes 5, 21)

Con estas sabias palabras, ya desde la comunidad primitiva se nos invitaba a una doble actitud: discernir lo que es conveniente y también , implícitamente, acogerlo venga de donde venga, conscientes de que la Gracia no se derrama a un pueblo en exclusividad. Esto les llevaba y nos sigue llevando a «sumar». Y no es esta precisamente una actitud del mundo, máxime en los tiempos que corren, en los que la crispación y la confrontación están a la orden del día. Parece más bien que no hay forma de desembarazarse, a través de los medios o las formas de relación más comunes, de dialécticas que dividen y, en definitiva «restan»: ilusiones, energías, esperanzas …

Hoy, que más que nunca somos conscientes de la importancia de los acuerdos, la buena convivencia y la Comunión, qué difícil se hace muchas veces pasar de los discursos a los gestos concretos. Y, sin embargo, sólo la suma de muchos pequeños esfuerzos conseguirá alumbrar una humanidad nueva.

«Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo» (Eduardo Galeano)

Susana Melero Leal

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26. Resucitar

Tema publicado con la autorización de «Jesús Cabello»

«Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis como os dijo» (Mc 16, 7)

Porque necesitamos volver a casa, a los caminos conocidos, a los lugares de siempre para ser capaces de descubrir, al mirar con ojos nuevos, lo extraordinario en lo ordinario; lo trascendente que se esconde detrás de las cosas corrientes. Si vivimos resucitados, el cotidiano se ilumina y se nos revela con una belleza insospechada y los gestos rutinarios se llenan de sentido: se nos llama por nuestro nombre, renovamos con ardor el asombro de los comienzos, se parte y reparte el pan…

Aunque no vemos en persona al Maestro, lo reconocemos en cada gesto de justicia y bondad. Y, más allá de bienestares individualistas, sentimos su paz prójima señoreando a nuestro alrededor, descongelando témpanos de silencio o atravesando temporales.

«El encuentro con el Resucitado transforma nuestra vida, la transfigura, pero no nos saca de ella. Nos salva dentro, no fuera de nosotros. El que es Camino, Verdad y Vida nos pone en camino hacia nuestra verdad profunda para llenarla de vida.» (Patricia Noya, cd)

Susana Melero Leal

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25. Agua

Tema publicado con la autorización de «Almudena»

«Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará; de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar» (Ez 36,25)

De esta manera expresaba el profeta la voluntad de un Dios amoroso, dispuesto a facilitar a su pueblo todo aquello que le permitiera liberarse de los vicios que lo alejaban de Él y la justicia social y promoviera una auténtica renovación interior. Pero, bien pensado, no están lejos estas palabras de lo que el mundo sigue necesitando actualmente. Las actitudes que se están poniendo al descubierto en este tiempo de pandemia muestran dónde nos aprieta el zapato y cómo se concreta aquello en lo que decimos que creemos.

En la Pascua nos ponemos «a tiro» de esta renovación, al menos desde la intención. Aunque, como decía una canción de juventud, «el agua debe beberse, debe dejarse correr sobre la cara, debe ponerse en los tiestos de las plantas, navegarse, zambullirse…» Del corazón hemos de pasar a lo concreto, a lo que se vive y testimonia.

Ojalá nos dejemos empapar hasta las entrañas de esa agua  clara que sabe a resurrección.

Susana Melero Leal

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24. Anda, levántate y anda

No siempre avisa. El hastío sobreviene muchas veces cuando el cansancio o el peso de los  años terminan haciendo mella. El paso se para y la vida también. Adormecidos o paralizados, parece que todo lo recorrido y entregado valiese de poco,  incluso nos hace cuestionarnos si tuvo alguna vez algún sentido.

No sirven entonces las recetas o los buenos consejos; no se trata de enmiendas o paños calientes. Hay un tiempo para los cambios razonables y otro para nacer de nuevo. Con Él, algo muy simple pero que se nos olvida cuando la eficacia en nuestras vidas dio paso al peor de los orgullos.

«Estamos invitados a dejar atrás nuestro aferramiento al pasado, los viejos prejuicios que niegan a Dios la capacidad de intervenir en nuestra vida, irrumpiendo en nosotros con su novedad» (Dolores Aleixandre, «Escondido centro». Sal Terrae).

Para que cada día sea un nuevo amanecer

Susana Melero Leal

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23. Adelante y hacia atrás

Tema publicado con la autorización de «Susana Melero»

Pedro se acercó y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga, hasta siete veces? Jesús le dijo: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete». (Mateo 18, 21-22)

Leí en una ocasión que los seres humanos, al igual que los cuerpos celestes, describimos órbitas elípticas en nuestras relaciones, con momentos de máxima cercanía y de alejamiento. ¡Qué bueno sería asumir esto como lo natural y cuántas fricciones nos ahorraríamos! Bien pensado,ambas posiciones son necesarias: acercarse para nutrir lo entrañable y también alejarse, para redibujar la propia singularidad y tomar distancia de los conflictos que, vistos en perspectiva, pierden muchas veces intensidad y dramatismo. Acercarse y distanciarse…con armonía y naturalidad…como en una danza.

En la distancia crece también la capacidad de reconciliación y , con ella, la posibilidad de tender puentes de nuevo, permitiendo que la memoria rescate las experiencias valiosas y se selle la paz.

No hay lastre más pesado que el del rencor. Perdonarse o perdonar es, sin duda, la mayor experiencia de liberación. Nos humaniza y diviniza a la vez, convirtiéndonos en canales de la misericordia del Padre.

Susana Melero Leal

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22. Gracias a la vida

Tema publicado con la autorización de «Emilia Arija»

«En todo dad las gracias, porque esta es la Voluntad de Dios para vosotros». (1Te 5,8)

La maravilla del cuerpo, el calor de la familia, las risas de los niños, la alegría de los amigos, el olor de tu tierra, los encuentros, los abrazos, los proyectos y sueños compartidos…

Pero también, los errores que te hicieron más compasivo, los contratiempos que te volvieron resiliente, las heridas y decepciones que te dieron la oportunidad de perdonar.

En la vida hay que ser agradecidos, aprender a valorar lo que se tiene y a vivir desde la sencilla satisfacción de quien aprecia lo que encuentra.

Una sola palabra alcanza al pensamiento más alto, a la oración más excelsa: «GRACIAS».

Susana Melero Leal

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