Dolores y gozos delante de tu rostro

Al traspasar la puerta del Paraíso –la puerta de la Azabachería– al final del camino francés, peregrino accedes al brazo norte del crucero de la catedral en el que se encuentra el tránsito hacia la capilla de Santa María de la Corticela, la parroquia de los extranjeros, construida sobre la antigua capilla románica de San Nicolás, el patrono de los viandantes.

A continuación verás la capilla del Sancti Spiritus. En ella te invitamos a detenerte, sobre todo en este mes de septiembre en el que tras la exaltación de la Santa Cruz, honramos de manera especial a la Virgen María bajo las advocaciones de Nª Sª de los Dolores, de las Angustias y también del Camino, cuya basílica, ubicada en Valverde del Camino (León) es paso obligado de los peregrinos que vienen a Compostela siguiendo la vía francígena.

Construida por Pedro Vidal en el siglo XIII y reformada por el Arcediano Pérez de Moscoso en la centuria posterior, fue dotada por el Cabildo en 1310 para doce clérigos regulares, los Racioneros de Sancti Spiritus, cuya función era servir al coro catedralicio. En el testero sobre un altar barroco con frontal argénteo se encuentra la imagen de la Virgen de la Soledad, de factura madrileña, datada en 1666, procede de la parte posterior del coro lígneo de Juan Davila y Gregorio Español, desmontado en 1945. Una devoción, de origen francés, de fuerte raigambre en la ciudad. En consonancia con la advocación, corona el retablo un calvario, pues fue al pie de la Cruz donde María asume la misión espiritual de ser madre de la humanidad.

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6. A la intemperie

Tema publicado con la autorización de Luis Guitarra

«No llevéis nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni dinero, ni dos mudas de ropa…» (Lc 9, 3-5)

Todos hemos nacido desnudos, inmersos en un mar de asombro y vulnerabilidad. Y el Creador, en cada uno de nosotros, ha visto que «era bueno» que fuese así. Sin embargo, el fardo de nuestra existencia se ha ido cargando de todo tipo de cosas conforme íbamos cumpliendo años.

Y en este mundo nuestro en el que no damos un paso sin un sinfín de garantías y seguridades, parece casi imposible abandonarse sin más a lo que el día nos depare. Así, sin previsiones, objetivos ni defensas.

Sin embargo, es muy difícil encontrar algo nuevo caminando por los viejos senderos. Incluso los que no son físicos: planteamientos, ideas preconcebidas…

Necesitamos crecer en Confianza; esa que se despliega cuando no tenemos asideros a los que aferrarnos o cuando ya no es firme la tierra que hay bajo nuestros pies. Sólo desde la Confianza dejamos que Dios escriba su plan en los renglones de nuestra historia.

Expuestos de nuevo a su mirada sabemos que no vamos solos, el sentido de lo que estamos viviendo se recobra y las fuerzas se renuevan.

Susana Melero Leal

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El Templo de las Estrellas

«Que mi oración sea como incienso para ti, mis manos alzadas, como ofrenda de la tarde» (Salmo 141, 2)

Así como el humo del incienso sube hacia lo más alto de las naves del templo, así también las oraciones de los peregrinos se alzan hacia el corazón de Dios. Y así como el aroma del incienso perfuma toda la basílica compostelana, de igual modo el cristiano, con el testimonio de su vida, impregna del buen olor de Cristo, el entorno en el que vive.

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Próxima estación … Santiago

En el año 1873, se inauguró en Galicia, el primer tramo de vía férrea entre Cornes (perteneciente hoy al Concello de Santiago de Compostela) y Carril (Vilagarcía de Arousa), pero no será hasta setenta años más tarde cuanto se construirá el actual edificio de la estación de Santiago.
Tomando como modelo las grandes estaciones de la Europa de finales del siglo XIX, en las que predomina el hierro y el aspecto industrial, y la arquitectura autóctona de los pazos, se construye un edificio que ha de acoger a miles de viajeros cada semana. A ella se accede por medio de una escalinata monumental.

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