San Gil, subir al monte, lugar de encuentro

La iglesia de San Gil se encuentra en la cuesta que asciende hacia el cerro de San Miguel, junto al arco del mismo nombre, pese a su austeridad exterior constituye unos de los templos más bellos de la ciudad de Burgos.

El templo se levanta en un pequeño montículo. En lo alto del monte, lugar de las bienaventuranzas, lugar privilegiado de encuentro con Dios. Necesitamos subir al monte para descubrir su presencia en esta naturaleza urbana de Castilla.

San Gil fue un abad benedictino y eremita de origen griego que vivió entre los siglos VI y VII. Algunas devociones populares resaltan su bondad cristiana, misericordia, delicadeza que demostraba con los pecadores y la llamada a la conversión.

A este santo se le atribuyen algunos milagros y fue llamado por la sociedad “Abogado de los pecadores”, específicamente por haber ayudado en su conversión de un rey; “Protector de pobres, tullidos, arqueros”, por haber sido herido por una flecha; “Abogado contra el miedo y el incubo”, por ayudar a una cierva en peligro; y “Defensor contra las enfermedades del cáncer y la epilepsia”, llamada «mal de San Gil».

Con San Gil subimos al monte, a implorar la salud y la misericordia de Dios.

Fernando Cordero Morales, ss.cc.

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